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sábado, 14 de agosto de 2010

"PINCELADAS DE PRETEMPORADA(2)"

Un pitido inicial.
Un mundo lleno de sorpresas más o menos esperadas por distintos regimientos de devotos moradores del ocio necesario y barato.

Un saque de centro.
Y miles de ilusiones exaltan aun público ansioso de conseguir disfrutar del espectáculo que nos brindan las estrellas.

Un mundo nuevo.
Similar a los anteriores pero sin desenlace afortunado todavía para nadie sin dotes de videncia.

Un después.
El querer y no poder ignorar que este verano ya se ha ganado todo.

Un recuerdo.
Y son muchos.

Un corner.
Y va ese loco de remate y…, gol, señores, gol.

Un fichaje.
Siempre en esta calurosa época del estío se valoran los posibles atributos que se pueden observar a plena luz de cualquier día nublado de Agosto.

Un proyecto.
El deber de demostrar valores acordes con la filosofía de un club longevo y sabio como aquel que un día quiso y no pudo.

Un estilo:

El de aquel crack que homenajea a aquel desaparecido en el mejor momento de su carrera después de marcar un gol en una final.
Aquel otro que anuncio una posible retirada aún sabiendas de que le queda mucho por dar todavía en este puzzle.
Un tipo que bajó del norte para dar una asistencia sin querer volver a donde los mares están embrujados por alguna fuerza vikinga.
Un señor que no se descalzó en la mezquita del parecer ser lo que no eres detrás de unos micrófonos distorsionados.
Un picichí que tiene la disculpable manía de no hacer ruido.
Dos amigos que se despiden en el aeropuerto sabiendo que van a empezar a ser rivales sin rencor alguno.
Periodistas que cambian de casa como campeones del mundo de las mudanzas.
Titulares de todo con el culo cansado de estar en el banquillo.
Amistosos ausentes de causa justa.
Federaciones.


Un sueño.
Despertar de nuevo con un carrusel de circunstancias narradas con publicidad subliminal.

Un gol.
En el fondo norte de las purísimas delegaciones extranjeras que politizan todo lo ávido y por haber en el terreno de juego.

Un silencio.
En el minuto veintí tantos de la primera parte de nuestra existencia.

Un espontáneo.
Que sigue intentando escribir cosas que de vez en cuando parezcan verdades.

Un seguidor.
O dos o tres.

Una prorroga.


Un árbitro.
Cuando somos todos juez y parte de todo y nada.

Un descuento.
Necesario y cercano en estos tiempos del Señor.

Un marcador.
Global o no. Resúmenes parciales de lo acontecido hasta este momento.

Un vestuario.
Hogar dulce hogar a veces.

Un número.
Faltan ocho días señores.

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