Estremecido todavía por la inquietante noticia de lo ocurrido entre las dos Koreas me dispongo a intentar de nuevo dar un toque lúdico a la pasada jornada de un campeonato revuelto y lleno de intensidad en vísperas del, año tras año, familiarmente conocido como partido del siglo, milenio o similares cifras interplanetarias.
La semana empezó con un revuelo entre los clubs, la liga de futbol profesional y los derechos televisivos a negociar por todas las partes.
Y claro, la parte concordante de la primera parte no entiende de letras pequeñas y distancias, económicas, demasiado alejadas de las “realidades” de unos mortales que , en un ejercicio de total confianza plena en pertenecer a una clase media algo más que discutible nos abonamos a cualquier teleoperador que nos ofrezca los partidos en directo.
Al final lo de siempre, unos conformes con el reparto y otros no tanto.
Cuando ya pensábamos en empezar el fin de semana en todos los sentidos hace su apto de presencia la comisión de antiviolencia para recordar a todos que rememorar acontecimientos no demasiado positivos para nadie no ayuda en nada a la normalidad necesaria para disfrutar del campeonato.
Y era importante pensar en el viernes para olvidar entre otras cosas a ese compañero toca cojones que siempre sabe más que nadie de todo y que se ha jugado copas pronosticando resultados que nunca se cumplieron, olvidar los gastos de una tarjeta de credito que echa humo y que pide permiso para volver a salir de nuevo y omitir, en la medida de lo posible, la debacle de los Campeones del Mundo en nuestro país vecino.
Cosas que pasan.
Jornada doce.
El derbi valenciano acabo en tablas y con demasiado ruido de fondo en el palco presidencial.
Mallorca y Atlético de Madrid se revindicaron fuera de casa y sorprendieron a sus rivales en estadios complicados.
Osasuna, Deportivo y Levante hicieron de su terreno un fortín y se llevaron los tres puntos ante adversarios que deben empezar a darse por aludidos cuando las entrañas del descenso se acerquen demasiado a sus intereses emocionales.
Detalle que también se debería de mirar en Getafe y Zaragoza después de mal tirar dos puntos necesarios para ambos en su enfrentamiento en un día laborable y gris.
Mención especial:
En la cuna de los hermanos Muñoz mundialmente conocidos como los “Estopa” y frente a la puerta veintiuno de un estadio con capacidad para cuarenta mil quinientos espectadores entramos en la humilde vivienda del quizás, y creo que ya lo podemos decir, el equipo revelación de esta temporada, el Espanyol.
Y la puerta veintiuno ya no se llama puerta veintiuno.
Y los puntos que les hacen mantenerse en puestos Champions son veintidós.
Mi reconocimiento a esta plantilla y entrenador que sin hacer ruido están realizando una campaña espectacular.
Ahora supongo que estaréis esperando algún comentario, referencia o crónica a los respectivos enfrentamientos de los dos equipos que mejor pedazo de tarta se llevaron en su particular cumpleaños de los derechos televisivos.
Pero no, señores, hoy no.
Dejemos la carnaza para la semana que viene.
Y es que esta semana en el planeta fútbol la semana dura exactamente un día más de lo normal.
Y en esa rutinaria jornada de reflexión obscena que suelen ser los lunes cambiaremos por una vez los hábitos resacosos para, haciendo un paréntesis, alargar forzadamente un festivo imaginario sin descanso.
Millones de curritos apuraran las horas para, pendientes del reloj, esperar más que nunca la hora de fichar y escapar, al menos por unas horas, a un universo paralelo en el que los problemas ajenos consiguen hacer olvidar a los propios rodeados, como no, de enemigos íntimos ataviados con diferentes colores.
Y el martes, no lo olvidemos, se volverá a madrugar.
Pero ya será martes y la mitad de la población celebrará que ya queda un día menos para el viernes.
La otra mitad celebrará el triunfo.
Y la vida sigue compañeros a pesar de que hoy el día vuelva a ser laborable y gris.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
martes, 16 de noviembre de 2010
"DE AQUELLO DE LOS HOMBRES Y LOS CANALLAS"
Vamos por partes como dijo Jack el destripador y los Estopa.
Hubo una época en la capital que en las crónicas de ciertos periodistas melancólicos por, probablemente, un paso del tiempo que les recuerda actualmente que ya de aquella les tocaba crecer, que transmitían diferentes sensaciones sobre aquel mundo que les rodeaba y que se difuminaba cada madrugada en una rara mezcla explosiva de libertad y cultura a partes iguales.
Aquellos cronistas dibujaban con palabras un submundo enterrado en locales bohemios de calles oscuras con sabor a tabaco y whisky a palo seco.
Y allí, en estos lugares satánicos para una burguesía poco preparada para cambios democráticos, surgieron voces discordantes, críticas e irónicas que reflejaban por fin en voz alta el final de una censura episcopal dando paso al maravilloso mundo (en aquel contexto) del libertinaje.
¡Y vaya si crecieron!
Eran otros tiempos probablemente demasiado complicados para la lírica.
Aquel colectivo de cantautores de los que por cierto, se les aventuraba un mal envejecer, crearon un determinado estilo que nada tenia que ver con la anteriormente conocida como canción protesta sin, eso sí, dejar ni un solo momento de protestar.
Y de ahí salieron voces como Aute, Sabina, Ricardo Solfa, el maravilloso Javier Krahe y demás personajes rocambolescos que pusieron banda sonora a una transición de ideas y pareceres.
Son los conocidos como generación “canalla”.
Tal expresión se ha mantenido en la sociedad definiendo a un colectivo de libre pensadores urbanos que hacen las Américas en el asfalto oscurecido por las sombras que proyectan las luces de neón en ciertos corazones solitarios que nunca quieren dejar de estar acompañados.
Al ver a José Mourinho encerrado a cal y canto en un palco demasiado oscuro en plena fiesta quiero entender que Manuel Preciado se equivoco de expresión, seguro que sin percatarse, al piropear a su “colega”.
Pero ya sabéis que nadie es perfecto aunque alguno se lo crea.
Jornada once.
En época de crisis cualquier humilde trabajador sabe de sobra a lo que se enfrenta al cerciorarse de nuevo en su entidad bancaria que sigue en números rojos.
El Zaragoza, el Levante y el Almería sabe perfectamente que ya no tienen crédito en las cajas de Ahorros confederadas.
Pero si las barbas de tu vecino están a la vista aprende la lección y no malgastes energías en vano.
Los dos grandes ya abren un pequeño hueco respecto al Villarreal (tercero) que dejo muy buenas sensaciones en el campo del Barcelona.
El Valencia cumplió con el trámite de evitar un partido complicado y una nueva pitada en casa mientras el Sevilla aprovecho un regalo al final del partido para seguir sintiéndose vivito y coleando en las posiciones en las que durante los últimos años se había acostumbrado a pernoctar.
El Depor sigue ascendiendo el Tour Malet y el Málaga, noticia, ha ganado en casa.
Supongo que harán falta dos o tres jornadas para empezar a ver ya las posiciones reales de todo ese pelotón de clubs que luchan en las ligas diferentes de un mismo campeonato.
Buen partido, algo tosco eso sí, de un Sporting que casi consigue cambiar el liderato y loable hazaña de un Atlético de Madrid que ganó sin sufrimiento en el Calderón en esa tragicomedia de tres actos con la que cada temporada nos deleitan cerquita del Manzanares.
Hablemos por tanto de teatro:
Algo huele a podrido en Abu Dabi decía un príncipe destronado algo lejos de su Principado y huérfano de ingenieros en un gran premio para olvidar.
Adivinareis que utilizo un fragmento de “Hamlet” para resaltar la indignación de un fallo de apreciación en la estrategia de Ferrari en un final de campeonato, en principio, más fácil de ganar que de perder.
Pero la vida y el deporte son así muchachos.
También existe una pequeña acotación en la maravillosa obra de Shakespeare en la que el protagonista aconseja a los actores para mejorar su interpretación, texto que recomiendo leer a algún que otro futbolista de elite de nuestra liga para evitar malos entendidos o provocaciones absurdas a contarios o aficiones.
Pero queridos canallas, no es lo mismo el ser que el estar, no es lo mismo el dejarse ver que verse, no es lo mismo asumir que reconocer y por supuesto en nada se parecen la “movida madrileña” a la Revolución de los Claveles.
Nosotros que podemos sigamos disfrutando primero en paz y después en gloria.
Nos vemos en los bares después de la hora de las brujas.
Hubo una época en la capital que en las crónicas de ciertos periodistas melancólicos por, probablemente, un paso del tiempo que les recuerda actualmente que ya de aquella les tocaba crecer, que transmitían diferentes sensaciones sobre aquel mundo que les rodeaba y que se difuminaba cada madrugada en una rara mezcla explosiva de libertad y cultura a partes iguales.
Aquellos cronistas dibujaban con palabras un submundo enterrado en locales bohemios de calles oscuras con sabor a tabaco y whisky a palo seco.
Y allí, en estos lugares satánicos para una burguesía poco preparada para cambios democráticos, surgieron voces discordantes, críticas e irónicas que reflejaban por fin en voz alta el final de una censura episcopal dando paso al maravilloso mundo (en aquel contexto) del libertinaje.
¡Y vaya si crecieron!
Eran otros tiempos probablemente demasiado complicados para la lírica.
Aquel colectivo de cantautores de los que por cierto, se les aventuraba un mal envejecer, crearon un determinado estilo que nada tenia que ver con la anteriormente conocida como canción protesta sin, eso sí, dejar ni un solo momento de protestar.
Y de ahí salieron voces como Aute, Sabina, Ricardo Solfa, el maravilloso Javier Krahe y demás personajes rocambolescos que pusieron banda sonora a una transición de ideas y pareceres.
Son los conocidos como generación “canalla”.
Tal expresión se ha mantenido en la sociedad definiendo a un colectivo de libre pensadores urbanos que hacen las Américas en el asfalto oscurecido por las sombras que proyectan las luces de neón en ciertos corazones solitarios que nunca quieren dejar de estar acompañados.
Al ver a José Mourinho encerrado a cal y canto en un palco demasiado oscuro en plena fiesta quiero entender que Manuel Preciado se equivoco de expresión, seguro que sin percatarse, al piropear a su “colega”.
Pero ya sabéis que nadie es perfecto aunque alguno se lo crea.
Jornada once.
En época de crisis cualquier humilde trabajador sabe de sobra a lo que se enfrenta al cerciorarse de nuevo en su entidad bancaria que sigue en números rojos.
El Zaragoza, el Levante y el Almería sabe perfectamente que ya no tienen crédito en las cajas de Ahorros confederadas.
Pero si las barbas de tu vecino están a la vista aprende la lección y no malgastes energías en vano.
Los dos grandes ya abren un pequeño hueco respecto al Villarreal (tercero) que dejo muy buenas sensaciones en el campo del Barcelona.
El Valencia cumplió con el trámite de evitar un partido complicado y una nueva pitada en casa mientras el Sevilla aprovecho un regalo al final del partido para seguir sintiéndose vivito y coleando en las posiciones en las que durante los últimos años se había acostumbrado a pernoctar.
El Depor sigue ascendiendo el Tour Malet y el Málaga, noticia, ha ganado en casa.
Supongo que harán falta dos o tres jornadas para empezar a ver ya las posiciones reales de todo ese pelotón de clubs que luchan en las ligas diferentes de un mismo campeonato.
Buen partido, algo tosco eso sí, de un Sporting que casi consigue cambiar el liderato y loable hazaña de un Atlético de Madrid que ganó sin sufrimiento en el Calderón en esa tragicomedia de tres actos con la que cada temporada nos deleitan cerquita del Manzanares.
Hablemos por tanto de teatro:
Algo huele a podrido en Abu Dabi decía un príncipe destronado algo lejos de su Principado y huérfano de ingenieros en un gran premio para olvidar.
Adivinareis que utilizo un fragmento de “Hamlet” para resaltar la indignación de un fallo de apreciación en la estrategia de Ferrari en un final de campeonato, en principio, más fácil de ganar que de perder.
Pero la vida y el deporte son así muchachos.
También existe una pequeña acotación en la maravillosa obra de Shakespeare en la que el protagonista aconseja a los actores para mejorar su interpretación, texto que recomiendo leer a algún que otro futbolista de elite de nuestra liga para evitar malos entendidos o provocaciones absurdas a contarios o aficiones.
Pero queridos canallas, no es lo mismo el ser que el estar, no es lo mismo el dejarse ver que verse, no es lo mismo asumir que reconocer y por supuesto en nada se parecen la “movida madrileña” a la Revolución de los Claveles.
Nosotros que podemos sigamos disfrutando primero en paz y después en gloria.
Nos vemos en los bares después de la hora de las brujas.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
"PARTE METEOROLÓGICO"
Anunciaban en los espacios reservados a la meteorología que la borrasca invadiría el país sin contemplaciones durante el puente (solo en Madrid) de la Almudena.
Y la banda rebusco en su armario la ropa de invierno sin apolillar descubriendo, demasiado tarde, la velocidad de un tiempo que no perdona y te transporta del verano a lo más crudo del invierno sin darte cuenta.
La tempestad causo más estragos de los debidos en una semana con Copa del Rey incluida en el lote de los rayos y los truenos.
Décima jornada.
Sorprendente Real Sociedad en puestos de Europa League después de ganar a un Racing sin demasiada intensidad fuera de casa. Bonita posición para un recién ascendido a la liga igualadísima de las estrellas.
Increíble también el puesto “Champions” de un Espanyol que se trabajo el triunfo por la mínima en su feudo ante un Málaga colista observado por un tal Pellegrini desde la grada sufriendo en silencio una nueva derrota del equipo que le ha hecho regresar al futbol español después de la tragicómica experiencia en el Real Madrid.
Victoria del “Zaragoza” in extremis rememorando el sufrimiento pronosticado por un servidor en esos puestos letales para el alma y perjudiciales para un corazón recién ascendido.
Abandono, por fin, de los puestos de descenso de un Deportivo que parece con síntomas de haberse despertado de ese letargo preocupante y que intercambia el puesto con un Levante, como decirlo, otoñal.
En el podio nada nuevo:
El esperado derbi no fue más que un nuevo ejemplo de la pegada del Madrid y el quiero y no puedo de un Atletí al que el Bernabeu le queda demasiado lejos de casa.
El Barcelona se dio un paseo por el extrarradio de la capital como aquel que los equipos europeos se dan por el Retiro cuando vienen a jugar entre semana para posterior gloria de un aficionado perdido que se los encuentra de sorpresa.
Y el Villareal sigue demostrando que sigue ahí sin mirar atrás. Buena señal para sus aficionados y para un campeonato que, pese a quien le pese, sigue siendo de dos.
El Sevilla demostró que en su casa y con uno más es bastante complicado sacar petróleo del Guadalquivir.
En Pamplona por su parte, se hicieron los deberes con buen fútbol demostrando una pequeña pájara de un Hércules que sorprendió a propios y extraños al comienzo del ejercicio liguero.
Del Almería- Sporting certificar que tanto unos como otros mantiene las estadísticas de siempre. Ni uno gana en casa ni el otro fuera. Reparto de puntos y gracias.
Nombres impropios:
Nacho Novo: Primer gol de gallego en una competición nueva para un viejo soldado que fue estrella mediática en ligas agresivas del norte de Europa.
Espaldinha: Mariconada mediática de un jugador que juega a la provocación y otros que infelizmente se dejan provocar.
Iraizoz: Gran profesional que atiende a la expresión taurina de aquello de que una mala tarde la tiene cualquiera.
Carvalho: Sorprendentemente uno de los mejores fichajes del Madrid en años.
Messi: Un gol y dos asistencias.
Y poco más señores.
Quizás alguna sorpresa en el transcurso de la semana en esa competición extraña que pueda ser la Copa.
La semana que viene os cuento algo más que hoy tengo el día muy jodido.
Y la banda rebusco en su armario la ropa de invierno sin apolillar descubriendo, demasiado tarde, la velocidad de un tiempo que no perdona y te transporta del verano a lo más crudo del invierno sin darte cuenta.
La tempestad causo más estragos de los debidos en una semana con Copa del Rey incluida en el lote de los rayos y los truenos.
Décima jornada.
Sorprendente Real Sociedad en puestos de Europa League después de ganar a un Racing sin demasiada intensidad fuera de casa. Bonita posición para un recién ascendido a la liga igualadísima de las estrellas.
Increíble también el puesto “Champions” de un Espanyol que se trabajo el triunfo por la mínima en su feudo ante un Málaga colista observado por un tal Pellegrini desde la grada sufriendo en silencio una nueva derrota del equipo que le ha hecho regresar al futbol español después de la tragicómica experiencia en el Real Madrid.
Victoria del “Zaragoza” in extremis rememorando el sufrimiento pronosticado por un servidor en esos puestos letales para el alma y perjudiciales para un corazón recién ascendido.
Abandono, por fin, de los puestos de descenso de un Deportivo que parece con síntomas de haberse despertado de ese letargo preocupante y que intercambia el puesto con un Levante, como decirlo, otoñal.
En el podio nada nuevo:
El esperado derbi no fue más que un nuevo ejemplo de la pegada del Madrid y el quiero y no puedo de un Atletí al que el Bernabeu le queda demasiado lejos de casa.
El Barcelona se dio un paseo por el extrarradio de la capital como aquel que los equipos europeos se dan por el Retiro cuando vienen a jugar entre semana para posterior gloria de un aficionado perdido que se los encuentra de sorpresa.
Y el Villareal sigue demostrando que sigue ahí sin mirar atrás. Buena señal para sus aficionados y para un campeonato que, pese a quien le pese, sigue siendo de dos.
El Sevilla demostró que en su casa y con uno más es bastante complicado sacar petróleo del Guadalquivir.
En Pamplona por su parte, se hicieron los deberes con buen fútbol demostrando una pequeña pájara de un Hércules que sorprendió a propios y extraños al comienzo del ejercicio liguero.
Del Almería- Sporting certificar que tanto unos como otros mantiene las estadísticas de siempre. Ni uno gana en casa ni el otro fuera. Reparto de puntos y gracias.
Nombres impropios:
Nacho Novo: Primer gol de gallego en una competición nueva para un viejo soldado que fue estrella mediática en ligas agresivas del norte de Europa.
Espaldinha: Mariconada mediática de un jugador que juega a la provocación y otros que infelizmente se dejan provocar.
Iraizoz: Gran profesional que atiende a la expresión taurina de aquello de que una mala tarde la tiene cualquiera.
Carvalho: Sorprendentemente uno de los mejores fichajes del Madrid en años.
Messi: Un gol y dos asistencias.
Y poco más señores.
Quizás alguna sorpresa en el transcurso de la semana en esa competición extraña que pueda ser la Copa.
La semana que viene os cuento algo más que hoy tengo el día muy jodido.
jueves, 4 de noviembre de 2010
"HISTORIAS PARA NO DORMIR"
Noche de brujas.
Presentación dramática y oscura de una novena jornada solo apta para humanos carentes de cualquier clase de problemas cardiacos.
Es el puente de todos los Santos y llueve bastante en una península expectante ante la llegada de un nuevo descanso en la vida laboral del currito que se aprieta el cinturón.
Es, como decían los artífices de esta fiesta pagana, el final de la temporada de cosechas y el comienzo de la estación oscura.
Es,era Halloween.
Y los malos espíritus se posaron en Mestalla y la Rosaleda para dividir a público y jugadores que a veces se sueltan de la mano.
La niebla invadió lentamente un Molinón lleno a pesar de la lluvia para oscurecer un resultado en los abismos de la hora final.
El Calderón enmudeció al saberse responsable de no haber ejecutado la pena capital en una primera parte donde el traidor se llamaba Diego Alves.
Tempestad en “La Catedral” para renegociar posibles altas y bajas de aspiraciones casi olvidadas en años de bonanzas y lujurias.
Una vieja leyenda cantabra cuenta la existencia de un hombre pez en Liérganes que en su hábitat natural encuentra conexiones mortales en su feudo contra cualquier rival.
Y en eso se convirtió “El Sardinero”.
Son Moix sirvió para pactar ilusión y moderada tranquilidad a un diablo que sirve de mascota en el terrenal mundo del césped en buen estado.
Pero es noche de brujas.
Y por tanto de meigas.
Quizá lo que mejor define el equilibrio del carácter gallego es aquello de lo práctico, lo incrédulo y el misticismo.
Y Riazor expulsó al mal de ojo a ritmo y compás de la luna oculta tras las nubes de una noche de tormenta.
“Eu non creo nas meigas, mais habelas, hainas”
En una fecha tan especial no quería dejar de recordar a Dani Jarque y a Antonio Puerta, dos ejemplos de las desgracias de un deporte en el cual sus exigencias se tiñen de tragedia.
Que sirvan de ejemplo y valgan para evitar en un futuro cualquier caso similar.
Pero permitirme hablar de “Jack el tacaño”.
Leyenda a caballo entre Irlanda y Escocia que nos habla de un granjero que engañaba y mentía a vecinos y amigos dándole una reputación de persona tan malvada que rivalizaría con el mismísimo Lucifer.
El diablo después de intentar llevárselo acabó engañado y nunca pudo reclamar su alma para el inframundo.
Al morir el granjero fue rechazado tanto en el Cielo como en el Infierno y su condena fue deambular por los caminos con un nabo hueco con un carbón ardiendo como única luz que guiara su eterno vagar entre los reinos del bien y del mal.
Posteriormente ese nabo fue reemplazado por una calabaza (al ser más grande y fácil de tallar) por los primeros inmigrantes irlandeses que viajaron al Nuevo Mundo donde la celebración alcanzó la popularidad.
Yo no sé que se siente al deambular por los reinos esos del bien (para el que lo quiera ver) y el mal (para el que lo quiera ocultar), o quizás sí.
(Aunque eso ya es otra historia).
Lo que voy observando lentamente es que los dos grandes de nuestra liga se van introduciendo en ese submundo en el que solo se vigilan mutuamente sin acercarse lo más mínimo al resto de los mortales.
Pero como decía Edgar Allan Poe, “todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño”.
Y yo, como buen fantasma, seguiré soñando en la próxima jornada.
Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja. (Risa tétrica).
Presentación dramática y oscura de una novena jornada solo apta para humanos carentes de cualquier clase de problemas cardiacos.
Es el puente de todos los Santos y llueve bastante en una península expectante ante la llegada de un nuevo descanso en la vida laboral del currito que se aprieta el cinturón.
Es, como decían los artífices de esta fiesta pagana, el final de la temporada de cosechas y el comienzo de la estación oscura.
Es,era Halloween.
Y los malos espíritus se posaron en Mestalla y la Rosaleda para dividir a público y jugadores que a veces se sueltan de la mano.
La niebla invadió lentamente un Molinón lleno a pesar de la lluvia para oscurecer un resultado en los abismos de la hora final.
El Calderón enmudeció al saberse responsable de no haber ejecutado la pena capital en una primera parte donde el traidor se llamaba Diego Alves.
Tempestad en “La Catedral” para renegociar posibles altas y bajas de aspiraciones casi olvidadas en años de bonanzas y lujurias.
Una vieja leyenda cantabra cuenta la existencia de un hombre pez en Liérganes que en su hábitat natural encuentra conexiones mortales en su feudo contra cualquier rival.
Y en eso se convirtió “El Sardinero”.
Son Moix sirvió para pactar ilusión y moderada tranquilidad a un diablo que sirve de mascota en el terrenal mundo del césped en buen estado.
Pero es noche de brujas.
Y por tanto de meigas.
Quizá lo que mejor define el equilibrio del carácter gallego es aquello de lo práctico, lo incrédulo y el misticismo.
Y Riazor expulsó al mal de ojo a ritmo y compás de la luna oculta tras las nubes de una noche de tormenta.
“Eu non creo nas meigas, mais habelas, hainas”
En una fecha tan especial no quería dejar de recordar a Dani Jarque y a Antonio Puerta, dos ejemplos de las desgracias de un deporte en el cual sus exigencias se tiñen de tragedia.
Que sirvan de ejemplo y valgan para evitar en un futuro cualquier caso similar.
Pero permitirme hablar de “Jack el tacaño”.
Leyenda a caballo entre Irlanda y Escocia que nos habla de un granjero que engañaba y mentía a vecinos y amigos dándole una reputación de persona tan malvada que rivalizaría con el mismísimo Lucifer.
El diablo después de intentar llevárselo acabó engañado y nunca pudo reclamar su alma para el inframundo.
Al morir el granjero fue rechazado tanto en el Cielo como en el Infierno y su condena fue deambular por los caminos con un nabo hueco con un carbón ardiendo como única luz que guiara su eterno vagar entre los reinos del bien y del mal.
Posteriormente ese nabo fue reemplazado por una calabaza (al ser más grande y fácil de tallar) por los primeros inmigrantes irlandeses que viajaron al Nuevo Mundo donde la celebración alcanzó la popularidad.
Yo no sé que se siente al deambular por los reinos esos del bien (para el que lo quiera ver) y el mal (para el que lo quiera ocultar), o quizás sí.
(Aunque eso ya es otra historia).
Lo que voy observando lentamente es que los dos grandes de nuestra liga se van introduciendo en ese submundo en el que solo se vigilan mutuamente sin acercarse lo más mínimo al resto de los mortales.
Pero como decía Edgar Allan Poe, “todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño”.
Y yo, como buen fantasma, seguiré soñando en la próxima jornada.
Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja. (Risa tétrica).
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