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miércoles, 21 de noviembre de 2012

"JACK BLACK"


Da igual si vienes del este, del oeste, del norte o del sur, da igual.
En los meridianos espectrales de cualquier clase de teoría ideológica caducada, los serviciales individuos que poblamos las aceras grises de la gran ciudad nos mantenemos al margen de cualquier nota de prensa de cualquier posible delegada de gobierno o líder sindical que, como siempre, embadurnan la partitura con manchas de tinta arruinando cualquier clase de concierto en do menor.
Es lo que tienen las orquestas de cámara que siguen subvencionadas por los altos poderes de un estado de excepción que se limita a contar la versión simplista de unos hechos no constatados por nadie más que los fieles delegados de prensa amarilla y obscena, que como siempre, entorpecerán el devenir lógico de las cosas y de la información, o quizás del exceso de la misma, para marear, aún más si cabe, la perdiz de aquello conocido como confusión qué, con el temor, probablemente sea el mal endémico preferido de unos gobernantes que siempre pretenden guardarse algún as de picas en la manga.
Porqué por más que intento jugar mis cartas, la partida parece perdida desde incluso antes de repartir naipes en el tapete verde de la esperanza.

Por eso no importa que tus papeles no estén en regla cuando la única frontera que rige a una sociedad enloquecida que viene de la noche y va a ninguna parte es la mercantil.

Pero para eso se invento la burocracia que distingue el orden racional para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios a ese tipo de organización de la cual, queramos o no queramos, formamos parte obligada por contrato administrativo del que dependen parte de nuestros derechos como habitantes de un lugar llamado mundo.

Individualmente la lucha, por naturaleza, estará mucho más dividida y controlada por la mano militar y policial de un país cada vez más dividido en los modos y las formas de actuar de los unos y los otros creando, por desgracia, la división perfecta para otras minorías más selectivas (por llamarlas de algún modo) con más poder de decisión y que se adaptaran a los acontecimientos, siempre lo han hecho, sacándoles el mayor provecho posible al manejar, no en vano ellos también crean el conflicto, toda la maquinaria de la factoría que dirigen a su antojo.

Respiremos.

Casos actuales como el del hospital de la Princesa en el centro de Madrid consiguen lo que nunca en democracia se consiguió como es poner de acuerdo a todo el sector sanitario de la capital en la defensa de una sanidad pública necesaria para cualquier colectivo que de verdad se crea aquello del estado del bienestar que tan bonito quedaba en los titulares de prensa.
El intento de cierre de hospitales, no olvidemos que en su momento fueron utilizados para conseguir rédito electoral, nos devuelve a la más triste realidad de hasta donde se dirige la colectividad del sistema capitalista que invade, como un virus en la red, todos los archivos de los países hasta ahora desarrollados que, como dice el refrán, empiezan a ver las barbas de su vecino quemar.

Pero si queremos beneficios tenemos que arriesgar queridos compatriotas y sabemos, dicen desde la tribuna, que las medidas son impopulares pero necesarias.

No recuerdo con demasiada claridad pero me atrevería a asegurar que desde hace tiempo tengo el pasaporte caducado y el carnet de conducir sin puntos, mi próximo objetivo será, menuda quimera, el DNI.

Te hablan de la libertad, te venden la libertad, decía el personaje de Jack Nicholson en “Easy Rider”, pero cuando ven que alguien se acerca a ella le temen.
Frase profética de una película que se rodó en el sesenta y nueve justo después del final de aquello conocido como el verano del amor en el que las gentes de bien todavía pensaban, antes de pasarse al lado oscuro, que se podía cambiar el mundo.

El as de corazones, hoy por hoy, no te asegura ganar la partida.  

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