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viernes, 3 de septiembre de 2010

"UNO,EQUIS, DOS."

Aquí me pongo a contar
motivos de un sentimiento
que no se puede explicar.
Y eso que no doy el tipo
del hincha rapado y violento
pero que gane mi equipo.

Primera jornada, primeras alegrías y decepciones.
Primer pulso, primeros números a los que atenerse a lo largo de un otoño marcado por la llegada del invierno, una primavera trompetera y un final, de nuevo casi veraniego, no apto para individuos más o menos anónimos con problemas cardiovasculares.

Una renovada ilusión en creer a veces pudiendo y a veces resignándote a aceptar los males lejanos de una directiva que siempre tiene la culpa.

Una ilusión, y que no nos falte, en vislumbrar un futuro prometedor en el complejo campo de la competitividad.

Primera jornada con pausa internacional por los compromisos de las selecciones, entre ellas la campeona del mundo, y por tanto reflexión e ilógica en un comienzo de temporada distinta por los fichajes pero similar por las cadencias de ese contexto tan espiritual como ufano de los miles de seguidores que siguen deseando que se acabe el verano.

Y resultados dispares.

El Madrid y el Barcelona demuestran que siguen en sus respectivas líneas de competitividad sin dejar margen para ningún error.
Los demás a intentar conseguir los objetivos marcados por la gente de un despacho con vistas al mar.
El aficionado renovando el abono correspondiente a ese pedazo de rincón dramatúrgico y obsceno de la evasión o victoria.
Y yo expectante.

Y digo expectante por que siempre congeniamos con un grande, porque siempre queremos a un pequeño, porque nunca nos satisfacen los arbitrajes si perdemos, porque a veces, y solo algunas veces, miramos más allá de una posible clasificación, porque los colores se llevan dentro, porque puede que el soñar sea más sencillo que el dormirse en los laureles, porque ese delantero centro tiene pinta de crack, porque las bajas han sido determinantes, porque la afición crece cada año que pasamos en primera, porque la liga se llama bebe úvea.

Demasiadas incógnitas después de una primera jornada que nos ha dejao de líder al “pupas”.

Y me alegro.

Qué manera de aguantar,
qué manera de crecer,
qué manera de sentir,
qué manera de soñar,
qué manera de aprender,
qué manera de sufrir,
qué manera de palmar,
qué manera de vencer,
qué manera de vivir.

Está todo por escribir pero quiero entender que cualquier individuo se merece celebrar, aunque sea por un día, cualquier clase de liderato.

El espectáculo acaba de comenzar y nos quedan demasiadas jornadas como para arriesgarnos a plantearnos cualquier clase de pronóstico.

Y el que lo sepa que ayude a un pobre servidor a acertar la quiniela.

Bienvenidos a la mejor liga del mundo.

1 comentario:

  1. Grande gallu, por una vez somos capaces de dormir tranquilos durante dos semanas seguidas gracias al parón liguero y digo dormir, porque aun con las derrotas acuestas, siempre hemos ido con la cabeza bien alta.

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