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miércoles, 26 de enero de 2011

"EL ARTE DE LA GUERRA"

Hubo una vez que un señor de mediana edad me aconsejo, siendo prácticamente y a todos los efectos adolescente, un dictado de acciones de negociación con el cercano, temido y lejano sexo débil.
Nunca entendí tal expresión al no intuir debilidad ninguna en cualquiera de las mujeres que he tenido la suerte o desgracia de conocer y con ello me refiero, no quiero confusión alguna, a ese control femenino de las situaciones externas en las que una mente masculina y sucia como la mía ni siquiera se percata de nada de lo acontecido años atrás.
Pero no quiero ironizar sobre mis posibles fracasos amorosos en pequeñas dosis de terapia lectiva para un futuro descorazonador al no saber, no poder o no entender la diferente manera de pensar que puede existir entre un hombre y una mujer.
Vamos, ni siquiera, si os soy sincero, me quiero arriesgar a descubrirlo.

Resumiendo, no es mi guerra.

Pero de pronto un día te levantas pensando en asuntos cotidianos para descubrir que en el otro lado de la cama ya no hay nadie y que te has dejado la tele encendida toda la noche y que el grifo del baño está constantemente goteando el subconsciente.
Es entonces cuando te das cuenta de que la existencia es lo suficientemente efímera como para no atentar contra los amigos de las posibles depresiones con forma de tarro de vidrio de “Orfidal” para acabar jugando en la misma competición de una existencia reservada a un estado ansiolítico, sedante, hipnótico, anticonvulsivo y surrealista de la batalla del mañana.

Es en ese momento cuando empiezas a echar de menos el pasado.


Y el pasado fue el Sevilla futbol club que le descubrió para un publico europeo necesitado de laterales rápidos.
Y el futuro habla en ingles con talones de muchos ceros.
¿El presente?, el presente, señor Daniel Alves, es simplemente historia.
Y no me refiero a la noble ciencia que tiene como objeto el estudio del pasado de la humanidad, no.
Me refiero Dani a lo que representaras en el futuro.

Pero dejemos el tiempo en paz.

Aquel buen hombre que aquella tarde de Enero compartió experiencias con un chaval imberbe y confiado omitió, probablemente adrede, ciertos detalles importantes sobre el complicado mundo de las relaciones de pareja dejando que el tiempo nunca acabara de poner las cosas en un lugar que mereciera la pena.
Y fue ese tiempo y la experiencia personal lo que me hizo posteriormente aprender a asumir el fracaso y la consiguiente perdida de quizás, y en este caso sí le pongo nombre, la mujer que probablemente fue la compañera ideal.
El caso es que su falta de paciencia y mis salidas de tono ayudaron a mantener un frente abierto en la segunda vuelta de aquella relación.
Advierto por tanto al señor Florentino Pérez de lo complicado de finalizar el campeonato de invierno con un divorcio total entre la dirección deportiva del equipo y el cuerpo técnico en un primer año aparentemente de transición y construcción de un proyecto a largo futuro.
Y entiendo en este caso al portugués al reconocer públicamente su total desacuerdo con las declaraciones del señor Jorge Valdano en un medio televisivo sobre la ausencia de un “nueve” puro en el once inicial.
Es lógico que a cualquiera le moleste que se metan con su trabajo en una posición exterior desde la que quizás no se conozcan las vicisitudes de un vestuario que nunca quiso ser segundo en nada.
Como también veo normal la frustración de tener como rival a uno de los mejores equipos de todos los tiempos sin poder, de momento, meterles mano. No olvidemos que los números del Madrid, tanto en esta campaña como en la anterior, son sencillamente espectaculares pero, deportivamente hablando, hay ciclos en los que sí te llamas Tony Rominger y no te llamas Induraín tienes complicado el ganar nada.

Déjeme decirle señor Mourinho que al igual que puedo entender la decisión de no permitir que el ex técnico argentino viaje con el equipo debería recordarle a su vez que quizás fuiste tú quien destapo el bote al juzgar en otro partido la decisión técnica de un compañero de profesión con diferente equipo y diferentes aspiraciones.
Un entrenador con bigote que ya de aquella advirtió del peligro de escupir en alto.

Así que señor presidente del Madrid me temo que le tocara a usted hacer de celestina en este conflicto del que solo sabremos el desenlace a final de temporada donde, por si existe cualquier posible malentendido, yo seguiré soltero.

Jornada vigésima.

Nueva debacle del Getafe en casa a favor de un Espanyol que en diez minutos demostró seguir siendo el equipo revelación de esta temporada.
Victorias caseras de Athletic, Madrid, Barcelona, Sevilla y Villareal por la zona noble de la clasificación e importantísimos triunfos de un Zaragoza necesitado y un Sporting que tuvo en el Molinón su particular tarde de reyes.
Mención especial para un Almería que gana y apuesta radicalmente por no perder el tren de la división de honor.

Empezamos la segunda vuelta cargados de ilusión en observar desde la lejanía que nos deparara un campeonato al rojo vivo.

Suerte y al toro.

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